¿Qué lleva a la gente a movilizarse (en estos tiempos)? ¿Qué les frena?

Como ya anunciamos en ESTA ENTRADA, el pasado 29 de Enero dimos comienzo al curso de formación Online ““Itinerarios de Construcción Social desde el Enfoque de Género”.

Y lo iniciamos con el debate y reflexión que propone Ángel Calle sobre los “itinerarios alternativos de construcción social”.  El profesor Collado propone, en primer lugar una doble pregunta: ¿Qué lleva a la gente a movilizarse (en estos tiempos)? ¿Qué les frena?

Traemos aquí el resumen de las aportaciones que quienes participan en el curso han dejado en el foro de debate.

Estas aportaciones han coincidido en un aspecto: señalar al «sistema» (del que habría que aclarar y diferenciar los aspectos culturales, los  institucionales, los movilizadores y los represivos) como elemento tanto movilizador como desmovilizador.

Pero esto plantea una paradoja: si el sistema condiciona todo, y nos hace personas dependientes o sumisas, ¿cómo entender los constantes procesos de rebeldía? ¿Cómo entender que la gente tenga un sentido de la vida que difiere de lo que quieren hacer las agendas neoliberales?

Una respuesta a esta paradoja puede venir de Pierre Bourdieu.

Pierre Bordieu

Pierre Bordieu

Para este sociólogo francés, somos medio libres, medio esclavos. Tenemos agencia (poder de, poder para cooperar) y a la vez estamos sometidos al influjo de vectores de dominación (un poder sobre). Estamos ahí en medio: porque somos nosotros y nosotras quienes modificamos o influimos o acatamos las estructuras (la familia, el Estado, el patriarcado) que nos rodean.

Así, por ejemplo, el patriarcado es una estructura estructurante.

Bourdieu habla de capital económico (clase), cultural (formación, status por estudios) y social (relaciones directas, pertenencia a alguna tribu con o sin poder) como los tres grandes capitales en toda cultura. Y esa estructura hace que las “cartas estén mal repartidas”. Pero este hecho no implica que el juego esté determinado.

Esta es la posición funcionalista o determinista: la historia está escrita y es imposible rebelarse. Es la posición neoliberal del “fin de la historia” (Huntington y Fukuyama).

Pero el sistema es abierto siempre, en la medida en que somos medio libres: hay rebeliones silenciosas pero efectivas (mujeres, esclavos), descontentos que pueden aflorar (precariedad), supervivencias en la injusticia (migrantes), protestas más visibles (movimientos, demandas de grupos de presión), etc.

Y ahora la pregunta es “somos medio libres pero ¿empleamos esa medio-libertad en consumir (quienes puedan)? ¿Están aún emergiendo las rebeliones del XXI?

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